Hace poco cambié de trabajo y con él me vino dado un beneficio muy "valioso" (sí, de valor): la jornada intensiva los viernes. Salgo del trabajo a las 16.00h y, aunque no llego antes de las 17.30h a mi casa, son eso, las 17.30h. Con este horario he vuelto a recuperar uno de mis maravillosos recuerdos de la infancia: la merienda. Pero una merienda "como Dios manda" (es una expresión muy habitual en el castellano, no es que sea especialmente religiosa). Me siento delante de la TV, ahora no veo dibujos animados, habitualmente claro. Es igual, cualquier programa de entretenimiento. Me preparo un bocadillo (que estupendo invento) o, a lo mejor, me he comprado un "croissant" (otro maravilloso invento de nuestros vecinos los franceses), me pongo un vaso de café con leche o un zumo y, simplemente, disfruto del momento. Entonces, me parece tener otra vez 9 años, veo a mi hermana sentada en el suelo delante de la "tele" con su bocadillo y las dos pasmadas viendo los dibujos y riéndonos.
La vida es muy corta señores, todos deberíamos tener "viernes tardes libres" donde poder encontrar y revivir algún recuerdo entrañable y que nos reconforte como yo lo he hecho al redescubrir de nuevo... "la merienda".
1 comentario:
jeje con la merienda!!! aunque prefiero la siesta!!! otro gran invento.
ya te he puesto un link directo en mi blog.
Marco
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